 |
 |
 |
|
 |
No hay nada igual
|
 |
 |  |  |  |  | La justicia del toreo, con David Mora (Juan Pelegrín/Las Ventas) |  |
|
 |
Se preveía una tarde emotiva en la vuelta a Las Ventas de David Mora, al mismo ruedo en el que estuvo a punto de perder la vida. Pero la realidad superó todo lo soñado por el matador. Un toro bravo, un torero para cuajarlo y la justicia del toreo derrumbaron la Puerta Grande de Madrid.
|
 |
|
 |
Ni en la final de un Mundial de fútbol, ni el séptimo partido de la final de la NBA, ni en el último concierto de los Rolling, cuando sea, ni en la final de los 100 metros de los Juegos Olímpicos, ni en la mejor función de la historia de la Ópera de Viena o La Scala de Milán. Que nos echen a pelear lo que quieran, que lo inventen si se ven capaces, da igual. No hay nada como una tarde de triunfo en una plaza de toros. Y de todas ellas, Madrid.
Se juntaron un torero, un toro y la justicia del toreo, esta vez sí. Un toro puso a David Mora en el sitio que otro toro estuvo a un tris de quitarle para siempre. Dos orejas rotundas para cerrar dos años de horror, miedo y lucha.
Madrid le debía una ovación y se la dio, el toreo le debía un toro y le puso a Malagueño en el camino. El resto fue cosa de David Mora. Se fueron acumulando las emociones, al romper el paseíllo, en el brindis a D. Máximo García Padrós, en el volteretón que trajo de nuevo el miedo, en las trincherillas, en los derechazos largos, los naturales verticales, en las embestidas de Malagueño y en la estocada.
Dos orejas, vuelta al ruedo a un toro bravo, lágrimas de un torero que volvió a serlo tras salvar al hombre, la emoción de una plaza, alegría y triunfo. Que busquen, que inventen, lo que quieran. No hay nada igual.
|
 |
|
 |
 |
 |
 |
 |
Esta noticia aún no tiene
comentarios publicados.
Puedes ser el primero en darnos tu opinión. zTe ha gustado?
zQué destacarías? zQué opinión te merece si lo comparas
con otros similares?
Recuerda que las sugerencias pueden ser importantes para otros
lectores.
|
 |
 |
|
 |
 |
|
 |
 |
 |
Su particular "libro de estilo" sobre el periodismo taurino |



 De caprichos y ocurrencias no se vive en el toreo, ni aunque se adornen con esa vaguedad que las más de las veces son las genialidades. Los toreros pueden ser, y de hecho lo son, genios en el manejo del capote y la muleta, en la creación del arte; en todo lo demás, son ciudadanos que deben regirse por las normas comunes. Si ayer era su cruzada por los desniveles de los ruedos, ahora Morante de la Puebla anda enzarzado en explicar cómo debe ser la crónica taurina y, naturalmente, cómo deben ejercer su oficio los cronistas y comentaristas de la televisión. Y si no le hacen caso, no se deja televisar. Se mire como se mire eso de tratar de imponer "lo taurinamente correcto" no tiene pase; no lo tuvo ni en las épocas más negras de la crómica taurina.
|


 |
 |
LA TAUROMAQUIA DE LOS GRANDES MAESTROS |
 |
 |
Repaso histórico a través de las grandes figuras |



 Decía Felipe Sassone que "el toreo al natural es el que se realiza con la mano izquierda, el estoque en la derecha y el corazón en medio". No es fácil matizar más con tan pocas palabras la realidad de una de las suertes fundamentales del toreo, como es el pase natural, que unión con el lance a la verónica conforman el verdadero núcleo duro del toreo de siempre. Aunque en la teoría taurina podemos remontarnos hasta Pepe-Hillo y sus continuadores, hay que reconocer que la realidad del pase natural tal como hoy lo conoceos arranca fundamentalmente de Joselito y de Belmonte, para luego ir adquiriendo una personalidad propia en el quehacer de las grandes figuras, que hicieron realidad esa definición de Sassone: además de la técnica, pusieron el corazón de por medio.
|
|
 |
 |